Skip to Main Navigation
Reseña de resultadosJunio 27, 2022

Fortalecer la resiliencia y la capacidad de respuesta de Ecuador a los desastres y shocks macroeconómicos

The World Bank

Ecuador dio pasos importantes con el fin de mejorar su resiliencia ante los desastres, el cambio climático y los shocks macroeconómicos a través del proyecto financiado por el Banco Mundial “Mitigación de Riesgos y Recuperación de Emergencia en Ecuador” y la asistencia técnica relacionada. El proyecto comenzó en 2016 y proporcionó más de $50 millones para: (i) proteger a 203 600 personas a través de obras de mitigación de inundaciones en 2016; (ii) financiar transferencias de emergencia en efectivo a hogares pobres y vulnerables afectados por los confinamientos inducidos por la pandemia de la COVID-19; (iii) fortalecer la capacidad del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) de gestionar los shocks macroeconómicos, y (iv) fortalecer la capacidad de gestión de riesgo de desastres del país.

En 2016, a diferencia de instancias previas donde Ecuador fue afectado por las inundaciones asociadas al fenómeno El Niño, la puesta en marcha de intervenciones oportunas en forma de obras para la mitigación de inundaciones resguardó la vida y los medios de vida de sus beneficiarios al proteger sus hogares y sus cultivos de banano, cacao y maíz. A comienzos de la pandemia de la COVID-19 en 2020, luego de que Ecuador ordenase el confinamiento, las transferencias en efectivo canalizadas a través del Bono de Protección Familiar (aprobado por el Ministerio de Inclusión Económica y Social como respuesta a la emergencia de la COVID-19) proporcionaron recursos oportunos para que los hogares vulnerables adquiriesen alimentos. En muchos casos, estas transferencias en efectivo fueron la única asistencia financiera recibida por los hogares vulnerables durante la etapa álgida de la pandemia.

Desafío

El perfil de riesgo climático y de desastres de Ecuador y los desequilibrios macroeconómicos y fiscales representaban las principales vulnerabilidades para el desarrollo del país. Debido a su ubicación geográfica y condiciones geológicas e hidrometeorológicas, Ecuador está expuesto a terremotos, erupciones volcánicas, inundaciones, deslizamientos y el impacto creciente del cambio climático. En 2016, mientras el país era vapuleado por los efectos del fenómeno El Niño, Ecuador fue golpeado por un terremoto de magnitud 7,8, resultando en 676 muertes, 6274 heridos y 80.000 desplazados, $3300 millones en costos de reconstrucción, $515 millones en pérdidas del sector productivo y 21.823 puestos de trabajo perdidos. Al mismo tiempo, la economía dolarizada de Ecuador y su elevada dependencia de los recursos naturales suponía un desafío clave para el crecimiento sostenido y la reducción de la pobreza. En 2014, luego de un período de 13 años de rápido crecimiento económico, los grandes desequilibrios macroeconómicos y fiscales del país empeoraron debido a la baja en el precio del petróleo y al fortalecimiento del dólar estadounidense. En marzo de 2020, Ecuador fue duramente impactado por la pandemia de la COVID-19, que tuvo un costo enorme en términos humanos y económicos.

Enfoque

El proyecto buscó apoyar la recuperación de los servicios básicos en sectores afectados por el desastre, incluidos agua potable, protección social y gestión de riesgos ante desastres. La operación respaldó la agenda de resiliencia ante desastres del gobierno brindando una respuesta ex ante a los desastres inminentes, como las inundaciones provocadas por el fenómeno El Niño, así como financiamiento contingente para la adquisición de equipos médicos luego del terremoto, además de apoyar a poblaciones vulnerables mediante transferencias en efectivo durante los confinamientos ordenados como respuesta a la pandemia de la COVID-19. Asimismo, la operación apoyó los esfuerzos del gobierno tendientes a fortalecer la resiliencia macroeconómica ante shocks externos mediante asistencia técnica para mejorar el marco fiscal y presupuestario existente. De forma paralela, la operación sirvió como catalizador de varias actividades analíticas y de desarrollo de capacidades (financiadas a través del Fondo Mundial para la Reducción de los Desastres y la Recuperación [GFDRR]) para fortalecer el sistema nacional de gestión de riesgos ante desastres y elaborar la primera estrategia de financiamiento del riesgo de desastres de Ecuador.

Resultados

Las inversiones y actividades llevadas a cabo como consecuencia del proyecto y la asistencia técnica paralela contribuyeron directamente a salvaguardar vidas por medio de la construcción de obras para la mitigación y protección ante inundaciones y la adquisición de equipos médicos. Durante la pandemia de la COVID-19, ayudó a amortiguar el aumento previsto en los niveles de pobreza mediante la prestación de transferencias en efectivo de emergencia a hogares vulnerables. También promovió el desarrollo económico resiliente por medio de obras para proteger a los cultivos de las inundaciones. Brindó asistencia técnica al MEF para actualizar y mejorar los modelos macroeconómicos existentes y preparar una estrategia de financiamiento del riesgo de desastres. También brindó asistencia técnica al Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias (SNGRE) para fortalecer la reducción de riesgos, la respuesta ante emergencias y la reconstrucción y recuperación posdesastre.

  • El proyecto benefició de manera directa a un total de 2 348 372 personas (51 por ciento de las cuales eran mujeres) mediante las inversiones y actividades detalladas a continuación.
  • Entre 2016 y 2018, el proyecto ayudó a proteger a 203 600 personas y 173 500 hectáreas de cultivos por medio de la construcción de seis obras de infraestructura para la prevención y mitigación de inundaciones, que contribuyeron a potenciar la preparación ante desastres y la mitigación de riesgos, incluidos: el dragado de canales de desagüe y el lecho de un río, construcción de tres escolleras en los márgenes de tres ríos, y la construcción de un muro de gavión sobre el margen de un río.
  • También apoyó la modernización de 284 instalaciones de salud en varias provincias con el fin de servir a 903 080 residentes afectados por el terremoto de 2016 y el fenómeno El Niño. Los hospitales fueron reforzados mediante la adquisición de equipos médicos, ayudando a fortalecer la capacidad de respuesta ante desastres del sector de la salud.
  • El proyecto proporcionó $45,8 millones en transferencias en efectivo de emergencia a 382 239 hogares vulnerables durante el confinamiento inicial provocado por la emergencia de la COVID-19 (88 por ciento de los hogares elegibles estaban encabezados por una mujer). Las transferencias en efectivo de emergencia brindaron una protección efectiva al consumo, particularmente entre los hogares indigentes, que pudieron cubrir al menos un 11 por ciento de su canasta alimentaria mensual en abril y mayo de 2020. Dado el monto fijo de las transferencias, estas fueron más efectivas en los hogares más pobres con menos integrantes.
  • Esta iniciativa también apoyó la apertura de 6700 lugares de pago adicionales para facilitar el desembolso de beneficios y apoyó modificaciones en el índice de pobreza para poder identificar mejor a los hogares en situación de pobreza y vulnerabilidad. Estas mejoras resultaron en una maximización del número de destinatarios elegibles capaces de recibir una transferencia en efectivo en un momento crítico como el comienzo de la pandemia.
  • El proyecto ayudó al MEF a actualizar y mejorar los modelos macroeconómicos existentes, incluido un mejor entendimiento del impacto económico del cambio climático, algo que contribuyó a fortalecer la capacidad del MEF de responder ante desastres y shocks macroeconómicos.
  • El proyecto ayudó a fortalecer la capacidad del gobierno de diseñar y ejecutar instrumentos de protección financiera ante los desastres, mediante la elaboración de una estrategia integral de financiamiento del riesgo de desastres en 2020. La capacidad institucional y la coordinación entre agencias para la gestión del riesgo de desastres también fueron fortalecidas por medio de apoyo al SNGRE en 2019-2020 para el desarrollo de directrices metodológicas y estratégicas para el Plan Nacional para la Reducción de Riesgos de Desastres (PrevieneEc) y mecanismos estratégicos de respuesta humanitaria durante emergencias bajo el Plan Nacional de Respuesta ante Desastres (RespondeEc), y para fortalecer el marco para las evaluaciones de impacto y necesidades posdesastre y la planificación de la recuperación.

Contribución del Grupo Banco Mundial

El Banco Mundial, a través del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), proporcionó un préstamo por un monto de $52,8 millones. Asimismo, $800 000 en subvenciones del GFDRR y de los fondos fiduciarios de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) financiaron la asistencia técnica y los servicios de asesoría.

Socios

La asistencia técnica para el MEF y el SNGRE respaldó la planificación y el desarrollo de medidas clave para la reducción del riesgo de desastres, la preparación y la respuesta ante emergencias, y la protección financiera ante un shock. Estas actividades analíticas y de asesoría fueron financiadas por el GFDRR y JICA.

De cara al futuro

El Banco Mundial continúa apoyando la agenda de reducción del riesgo de desastres de Ecuador con el objetivo de hacer frente a múltiples desafíos clave, incluida la generación de mejor información sobre riesgos para apoyar la toma de decisiones, incorporar los riesgos tradicionales provocados por amenazas naturales en las políticas nacionales, fortalecer las instituciones para asegurar el cumplimiento adecuado de las normativas y mejorar la coordinación entre agencias. Logra esto de varias maneras, incluida la puesta en marcha de una estrategia de financiamiento del riesgo de desastres, que busca contribuir a salvaguardar los activos públicos y privados frente a un desastre, garantizar el apoyo a los afectados, mejorar la eficiencia y transparencia del gasto público posdesastre y reducir las interrupciones a los programas de desarrollo en curso.

En el Primer Proyecto Recuperación Verde y Resiliente en Ecuador, aprobado en febrero de 2022, la estrategia de financiamiento del riesgo de desastres fue incorporada como un factor clave para la creación de un indicador de resultados bajo la Acción previa sobre financiamiento público para la mitigación y adaptación al cambio climático, subrayando su importancia para la gestión de contingencias negativas.

Para conocer más

Multimedia