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Reseña de resultados Noviembre 08, 2021

Reconociendo el liderazgo de las poblaciones indígenas en la acción climática: Seguridad de la tenencia de la tierra y gestión forestal sostenible en la selva amazónica peruana

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Artesanas reciben apoyo financiero para mejorar su producción textil y acceder a nuevos mercados.

Daniel Martínez Quintallina / Banco Mundial (2020)


Los pueblos indígenas de la región amazónica peruana lideraron e implementaron esfuerzos para obtener el reconocimiento legal pleno de 253 comunidades, así como la demarcación y titulación de las tierras de 58 comunidades nativas (aproximadamente 230.000 hectáreas). Adicionalmente, se implementaron 44 subproyectos comunitarios productivos—entre ellos 16 iniciativas dirigidas por mujeres—contribuyendo a la sostenibilidad de la gestión forestal y la mejora de la seguridad alimentaria, y generando ingresos para 119 comunidades nativas de la región.

Desafío

Los altos índices de deforestación, las prácticas forestales dañinas y la tala ilegal han amenazado la impresionante biodiversidad que existe en el Perú, así como los medios de sustento de las comunidades locales. En promedio, entre el 2005 y el 2015 se perdieron anualmente más de 134.000 hectáreas de cobertura forestal, especialmente en la Amazonía. El 45 por ciento de esta deforestación tuvo lugar en tierras que carecían de personería jurídica. Más de la mitad de las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero se producen por los cambios en el uso de la tierra (predominantemente deforestación).

Los bosques brindan una abundancia de bienes y servicios: almacenamiento de carbono, biodiversidad, filtración del agua, mitigación de tormentas, productos maderables y no maderables, alimentación y más. Los pueblos indígenas y comunidades locales (PICL) mantienen una estrecha relación con el bosque, como fuente no solo de sustento sino también de bienestar cultural y espiritual. Aunque los indicadores sociales son bajos para la mayoría de los habitantes de la región amazónica, los pueblos indígenas ostentan los peores índices, desde altos niveles de desnutrición crónica y mortalidad infantil hasta acceso limitado a educación y atención primaria de salud.

Enfoque

El proyecto “Mecanismo de donaciones específico (MDE) para pueblos indígenas y comunidades locales” tuvo por objeto invertir en la creación de condiciones habilitadoras para la sostenibilidad ambiental, la mitigación del cambio climático y la reducción de la pobreza entre los PICL, a través de la promoción de las siguientes iniciativas: (i) protección y reconocimiento legal de las comunidades nativas; (ii) seguridad de la tenencia de la tierra; y (iii) apoyo financiero y desarrollo de capacidades para promover la generación de ingresos y la seguridad alimentaria en las comunidades nativas a través de una gestión forestal sostenible.

Al fortalecer sus derechos a la tenencia de la tierra, los PICL pueden proteger mejor sus tierras y bosques contra la invasión ilegal y desarrollar actividades productivas en silvicultura, turismo, acuicultura u otros emprendimientos generadores de ingresos. En respuesta a la Covid-19, el proyecto reasignó asimismo los ingresos por donaciones para apoyar a los PICL en su respuesta a la pandemia con materiales de comunicación sobre prevención de la Covid-19 y desarrollo y capacitación en protocolos sanitarios.

Resultados

Entre el 2015 y el 2021, el proyecto contribuyó a los siguientes resultados clave:

  • Reconocimiento de 253 comunidades nativas, permitiéndoles iniciar el proceso de titulación de sus tierras.
  • Demarcación y titulación de 58 comunidades nativas a lo largo de aproximadamente 230.000 hectáreas.
  • Financiamiento para 44 subproyectos comunitarios de índole productiva—entre ellos 16 iniciativas lideradas por mujeres—contribuyendo a la sostenibilidad de la gestión forestal y mejorando la seguridad alimentaria y la generación de ingresos en 119 comunidades nativas de la Amazonía peruana. Estas subdonaciones también contribuyeron a: (i) la formalización de las cooperativas y asociaciones, especialmente de mujeres; (ii) la adquisición de licencias y certificados de producción; y (iii) el incremento de la productividad y la promoción de prácticas sostenibles en los negocios comunitarios, al invertir en mejoras a las instalaciones y equipos, capacitación y acceso al mercado.
  • Distribución de equipos de protección personal y botiquines de desinfección y primeros auxilios a 400 comunidades; 164 comunidades ubicadas en zonas fuertemente aisladas recibieron asimismo equipos de comunicación radial para ayudarlas a lidiar con las restricciones de movilidad impuestas por la pandemia de la Covid-19.
  • Aprobación por el gobierno del Perú de nueva legislación para simplificar múltiples aspectos de los procesos de reconocimiento y titulación de tierras a favor de las comunidades nativas. La nueva normatividad se aprobó luego de una estrecha coordinación entre el Comité Directivo Nacional (CDN) y las entidades públicas nacionales y regionales competentes. Aprobados a nivel nacional, estos reglamentos establecieron procedimientos estandarizados y aclararon los criterios de evaluación para todas las regiones, agilizando los procesos de reconocimiento y titulación.

Comunidad nativa de Alto San Pascual discute su proceso de reconocimiento legal en la provincia de Satipo, Junín.

Fotografía: Water Aguirre / Banco Mundial (2018)

 


Contribución del Grupo del Banco Mundial

El Programa de Inversión Forestal (FIP, por sus siglas en inglés), un programa seleccionado por el Fondo Estratégico para el Clima (FEC) administrado por el Banco Mundial, otorgó una donación del orden de US$ 5,5 millones para financiar este proyecto. Activo en 23 países, el FIP apoya los esfuerzos de los países en desarrollo para reducir la deforestación y la degradación forestal y promover una gestión forestal sostenible, que lleve a una reducción de las emisiones y a la protección de los reservorios de carbono. El FIP también financió el proyecto DGM Global implementado por Conservation International, encaminado a facilitar el intercambio de conocimiento y el desarrollo de capacidades para los PICL a nivel regional y mundial, y a fortalecer las redes y alianzas de organizaciones de PICL. El DGM Global facilita el diálogo entre los MDE de nivel nacional en 12 países incluidos en el FIP, entre ellos el MED del Perú.

Entidades socias

El Comité Directivo Nacional del proyecto—responsable de revisar y aprobar todas las propuestas de subproyectos y actuar como intermediarios del proyecto para las comunidades beneficiarias—se benefició de la participación de 10 representantes de AIDESEP (la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana) y del CONAP (Consejo Nacional de Áreas Protegidas). Tanto el Comité Directivo Nacional como la agencia nacional ejecutora del proyecto (el Fondo Mundial para la Naturaleza, WWF—Perú) coordinaron estrechamente con el Ministerio del Ambiente, el Ministerio de Cultura, el Ministerio de Agricultura y Riego y los gobiernos regionales la ejecución de las actividades del proyecto, especialmente el reconocimiento legal de las comunidades nativas y la titulación de sus tierras.

Asimismo, el MDE del Perú ha seguido generando sinergias con la Dirección General de Saneamiento de la Propiedad Agraria y Catastro Rural (DIGESPACR), el ente rector de los procesos de titulación de tierras y reconocimiento legal a nivel nacional. El proyecto también ha seguido coordinando estrechamente con la Dirección Regional Agraria de cada región, para entender las necesidades de personal con el fin de facilitar avances a nivel ministerial en el reconocimiento y la titulación de las tierras.

Beneficiarios

Los principales beneficiarios del proyecto son los 1.500 PICL que viven en la región amazónica peruana, así como las mujeres beneficiarias del financiamiento a través de donaciones para subproyectos específicamente manejados por ellas. 

La asociación de mujeres indígenas organizadas Chocowarmi, de la comunidad nativa de Copa Sacha, ha fabricado productos a base de cacao desde el 2013. “Nosotras, como mujeres, queremos mejorar la calidad de nuestras vidas, en nuestras familias, hogares y negocio”, manifestó Lulli Chávez, miembro de la asociación. Con el MDE, la asociación remodeló las instalaciones para el procesamiento de sus productos con el fin de mejorar la calidad y la productividad, y financió capacitaciones y pasantías para sus asociadas. En el 2018, su chocolate con shica-shica, un producto extraído de una palmera, ganó un concurso nacional. “Nosotras nos encargamos de todo el proceso—cosecha, poscosecha, secado, fermentación. Nuestro objetivo ahora es acceder al mercado internacional para vender nuestros productos”, observó Karina Tuanama.

Reene Pujupat Taan, una indígena awajún, pertenece a una iniciativa agraria liderada por mujeres. Estas mujeres indígenas decidieron emprender dicha actividad para lidiar con los altos niveles de contaminación provenientes del río Chiriyacu. Con apoyo del MDE, el colectivo de mujeres amplió y mejoró las piscigranjas existentes, adquirió equipos y participó en capacitaciones técnicas. El proyecto apoyó la creación formal de la Asociación Acuícola de Mujeres Awajún Nazareth.

Los ingresos generados por la asociación jugaron un papel clave durante la pandemia de la Covid-19, en términos de seguridad alimentaria para toda la comunidad y compra de medicamentos.

Perspectivas para el futuro

El MDE del Perú demostró que los PICL pueden asumir con éxito un rol protagónico en el diseño y ejecución de los proyectos de desarrollo, y se espera que el proyecto MDE en el Perú servirá como una experiencia exitosa y ayudará a recaudar fondos adicionales con organizaciones internacionales. Las lecciones del proyecto servirán de insumos al gobierno del Perú para su colaboración futura con los PICL y sus acciones por el clima de aquí en adelante, especialmente sus esfuerzos para mejorar la titulación de las tierras de las comunidades nativas. Además, se diseñaron subproyectos productivos impulsados por la comunidad para proveer el capital inicial y la asistencia técnica que las comunidades nativas necesitaban para iniciar o expandir sus negocios, considerando al mismo tiempo la sostenibilidad económica y ambiental. En la mayoría de los casos, los ingresos generados por los subproyectos han sido reinvertidos en los negocios comunitarios.

Beneficiarios de la comunidad nativa de Tres Islas mejoraron la cosecha y producción de productos a base de castañas en la provincia de Tambopata, Madre de Dios.

Fotografía: Daniel Martínez Quintanilla / Banco Mundial (2021)

Más información

MDE Saweto - http://www.mdesawetoperu.org/sitio/

DGM Global - https://www.dgmglobal.org/home-es