Desafío
En 2009, el gobierno de República Dominicana estaba altamente centralizado, con la mayoría de los servicios públicos, inversiones y recursos gestionados directamente por la Administración Nacional. En ese entonces los gobiernos locales se hacían cargo, de vez en cuando, de los servicios básicos, pero esta administración estaba fragmentada, era discrecional e ineficiente. La mayoría de los municipios, en especial los más pequeños, no contaban con estructuras organizativas funcionales; carecían de sistemas financieros y administrativos efectivos y utilizaban muy pocos criterios técnicos o económicos en la asignación de los recursos públicos.
Para enfrentar estos desafíos, el gobierno nacional identificó la buena gobernanza y la descentralización como enfoques clave para reducir la pobreza y mejorar la cohesión social. La agenda de gobernanza y descentralización resultante derivó en la promulgación de seis leyes relacionadas con la administración pública. Estas normas proporcionaron un nuevo marco legal para gobiernos locales y otorgaron nuevas facultades a los municipios para el mejoramiento del acceso de sus residentes a servicios básicos, establecieron nuevas funciones de planeamiento y un marco para la asignación de gastos.
Enfoque
Fortalecer las funciones de gestión y capacidad de los municipios para proporcionar a las comunidades pobres un nivel mínimo de servicios municipales se transformó en una alta prioridad del gobierno dominicano. El Proyecto Desarrollo Municipal en la República Dominicana (PDM) utiliza un enfoque basado en desempeño para enfrentar el desafío de la baja capacidad. Orientado a gobiernos locales en las provincias más pobres, el proyecto llevó a cabo un programa integral de desarrollo de capacidades, proveyendo inversiones municipales como premio al buen desempeño. El proyecto fue entonces estructurado para brindar (i) asistencia técnica en funciones clave para la gestión municipal, como planeamiento y presupuestación participativos, adquisiciones y gestión de recursos humanos (RRHH), así como (ii) subvenciones de contrapartida para subproyectos de inversión identificados a través de un proceso participativo que formará parte del PDM. Basado en este diseño, el proyecto estableció un mecanismo para financiar inversiones municipales como resultado del cumplimiento exitoso de objetivos de fortalecimiento institucional para localidades individuales. Se incluyó en este modelo la participación comunitaria, con el fin de mejorar la rendición de cuentas de los funcionarios locales en la prestación de servicios municipales y para incrementar el sentido de responsabilidad comunitaria sobre las inversiones locales.